Los intereses madereros del Perú amenazan con atropellar a la ciencia en la cumbre mundial de CITES

 

 

 

Ciudad de Panamá, Lima, 15 de noviembre de 2022

Los científicos peruanos llevan años advirtiendo sobre la necesidad de proteger los árboles de Shihuahuaco, especies que se encuentran en peligro en el país. Pero las preocupaciones de la industria maderera han hecho que el gobierno haya venido postergando la toma de acciones al respecto. En la 19ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES CoP19), que se celebra esta semana, se debatirá una propuesta para regular el comercio de esta valiosa especie. La decisión final se tomará el 25 de noviembre.

Colombia, Panamá y la Unión Europea, en nombre de sus 27 Estados miembros, han presentado una propuesta para incluir al Shihuahuaco o Cumarú (Dipteryx) en el Apéndice II de la Convención, lo que requeriría a los países garantizar la legalidad y la sostenibilidad antes de autorizar las exportaciones de esta especie. El shihuahuaco desempeña un papel fundamental en el ecosistema forestal del Perú, ya que proporciona lugares de anidación para aves amenazadas, así como alimento para numerosas especies de mamíferos, aves e insectos.

El Perú no ha revelado públicamente su posición sobre la propuesta, pero el gobierno ha retrasado la toma de medidas argumentando que la especie está bajo revisión, a pesar de las numerosas evaluaciones del nivel de amenaza sobre el Shihuahuaco y las conclusiones cada vez más nefastas sobre la supervivencia de la especie. Desde el 2016, los científicos peruanos han aportado datos que demuestran la explosión de la tala de árboles y el consiguiente declive del Shihuahuaco. A partir del 2014, 99 científicos convocados por el SERFOR (el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, la autoridad forestal peruana) evaluaron las especies amenazadas. En el 2016, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) prepublicó la lista, incluyendo al Shihuahuaco, en un proyecto de decreto supremo, pero nunca lo adoptó como ley. En el 2017, una nueva evaluación de especies amenazadas en el Perú, que incluyó data del SERFOR y el OSINFOR, confirmó que el Shihuahuaco estaba en peligro.

Las evaluaciones más recientes, presentadas al SERFOR en el 2022, concluyen que, de seguir como hasta ahora, el Shihuahuaco estará en peligro crítico en el sur del Perú para el 2025, y en la mayor parte del país para el 2036. Las autoridades peruanas han rechazado las repetidas solicitudes de acceso a la información presentadas por la Agencia de Investigación Ambiental (Environmental Investigation Agency – EIA) para obtener los documentos científicos más recientes que revelan la situación crítica del Shihuahuaco en el Perú, mientras continúan alegando que no hay datos suficientes que demuestren que la especie está o podría estar amenazada en el futuro.

Las autoridades peruanas han venido consultando con los concesionarios de madera, la industria y los exportadores, quienes temen que la nueva regulación internacional restrinja el comercio del Shihuahuaco. La aparente priorización de los intereses comerciales en una decisión que la CITES exige que se base en la ciencia es sumamente preocupante y no se ajusta a los criterios de inclusión de la Convención.

La decisión de incluir una especie en el Apéndice II de CITES se basa en una evaluación científica que determine si la regulación del comercio es necesaria para evitar la necesidad de incluir la especie en el Apéndice I (que sí prohíbe el comercio) en un futuro próximo, o “para garantizar que la recolección de especímenes del medio silvestre no está reduciendo la población silvestre a un nivel en el que su supervivencia podría verse amenazada por la continua recolección u otras influencias”. Los análisis de la propuesta de inclusión de Dipteryx realizados tanto por la Secretaría de CITES como por TRAFFIC concluyen que al menos una especie de Dipteryx, y tal vez otras adicionales, cumplen este último criterio de inclusión. Las especies también pueden incluirse por razones de “semejanza”, si la presentación comercial de la especies en cuestión no permiten distinguir fácilmente a la especie incluida en la lista de otras especies similares, como es el caso de las restantes especies de Dipteryx.

Paradójicamente, los representantes de la industria forestal afirman que la inclusión del Shihuahuaco en el Apéndice II afectaría negativamente a los productores legales y certificados. Lo cierto es lo contrario: si la madera en cuestión es realmente legal y certificada, la verificación de la legalidad aprobada internacionalmente beneficiará a los productores responsables y los protegerá de la competencia desleal de los actores ilegales. La adopción de la propuesta podría ayudar a reducir los altos niveles de tala ilegal que se mantienen en Perú y que son facilitados por la persistente corrupción y falsificación de documentos en el sector.

A lo largo de la última década, numerosas evaluaciones científicas han concluido repetidamente que el Shihuahuaco en el Perú está en peligro de extinción. Esta es la información necesaria para apoyar la inclusión de una especie en el Apéndice II. Las preocupaciones expresadas por los funcionarios peruanos sobre la necesidad de contar con inventarios completos o de asegurar el presupuesto para proteger la especie antes de tomar una decisión sobre su inclusión en la lista, a la vista de evidencia tan consistente y convincente, no es un requisito de la Convención, ni debería retrasar este proceso crítico para proteger la especie.

“Dejar que importantes especies forestales se extingan porque su protección ‘no está en el presupuesto’ es una triste excusa para la inacción en un momento en el que necesitamos desesperadamente soluciones para luchar contra la doble crisis del cambio climático y de la dramática pérdida de biodiversidad,” dijo Susanne Breitkopf, Directora Adjunta de Campañas Forestales de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA).

Julia Urrunaga, directora la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) en el Perú, declaró que “es inaceptable que nuestro gobierno haya venido negando al público el acceso a la evidencia científica que demuestra claramente que es necesario tomar medidas urgentes. Regular el comercio del Shihuahuaco en el marco de CITES ayudará a nuestro país en la lucha contra la tala ilegal y la corrupción. Aquellos en la industria que ya están operando legalmente y de manera sostenible se beneficiarán, no tienen nada que temer y deberían apoyar la propuesta.”

El shihuahuaco tiene un crecimiento increíblemente lento: Después de 700 años sólo habrá alcanzado un metro de diámetro. Según los científicos, llegar al diámetro mínimo de corta exigido legalmente en el Perú para la tala -51 centímetros- le lleva más de 250 años.

“Los árboles de shihuahuaco, que tardan cientos de años en alcanzar la madurez, se cosechan y exportan regularmente desde Perú sin tener en cuenta su probable extinción comercial en los próximos 15 años. La inclusión de la especie en el Apéndice II de CITES es esencial para evitar su extinción y garantizar únicamente la tala y el comercio legales y sostenibles,” dijo Melissa Blue Sky, abogada principal del Centro de Derecho Ambiental Internacional CIEL.

 

Contacto:

En Lima: Julia Urrunaga, EIA: [email protected] +51 980 731 328

En Ciudad de Panamá: Susanne Breitkopf, EIA: [email protected] +1 202 390 5586

Melissa Blue Sky, CIEL: [email protected] +1 518 420 8879